Cada vez
que te sientas tentado a reaccionar de la misma vieja manera, pregúntate si
quieres ser un prisionero del pasado o un pionero del futuro.
Cuando
trabajamos o luchamos para conseguir una meta y tener éxito en lo que hacemos,
la autodisciplina a menudo aparece como algo absolutamente necesario, pero
¿Cómo te sientes con respecto a esto?
¿Te
estremece la idea de la autodisciplina? Muchas personas lo sufren ya que les
llega a la mente visiones de sacrificio, negación y una batalla constante
contra sus tendencias naturales.
Para
algunas personas tener algún tipo de disciplina autoimpuesta es sentida la
mayoría de las veces como una especie de castigo.
¿Cómo te
sientes acerca de la autodisciplina?
La forma
como elegimos acercarnos a la autodisciplina tiene una gran influencia en cómo
nos sentimos al respecto. Uno de los problemas más comunes ocurre cuando
intentamos ir tras varias metas pasando directamente de no tener ninguna
autodisciplina a obligarnos a emprender un enorme e incómodo nuevo reto en
nombre del éxito.
El
entusiasmo es una cualidad maravillosa que puede ser muy motivadora. Pero el
entusiasmo puede ser de corta duración si intentas hacer más de lo que
razonablemente puedes manejar. Si eres de lo que luchas con la autodisciplina
probablemente te beneficiaras de las siguientes tres sugerencias.
3 maneras
de minimizar el malestar a la autodisciplina
1. Cambia
tu actitud sobre lo referente a la disciplina. Una razón por la que no te
sientes muy disciplinado es porque crees que las actividades o tareas que hay
que hacer serán desagradables de alguna manera. La reacción más común a este
tipo de pensamientos es poner esas actividades a un lado o evitarlas por
completo. ¡En otras palabras, procrastinar!
¿Qué
pasaría si adoptaras una actitud diferente? ¿Qué pasaría si en lugar de
postergar las cosas, te motivaras mentalmente a ti mismo para conseguir
hacerlas lo más pronto posible? ¿Podrías decidir conscientemente ir tras ese
reto en lugar de tratar de evitarlo?
Una forma
de lograr este cambio de mentalidad es recordarte a ti mismo cómo te hará
sentir ese gran éxito cuando llegues a conseguirlo. Mantén tus ojos en el
premio y céntrate en lo que quieres conseguir, esto ayudará a minimizar los
sentimientos negativos que puedas tener hacia las tareas que tienes que
realizar para conseguir lo que deseas.
2. Haz que
la autodisciplina sea un proceso gradual. En lugar de tratar de forzarte a
someterte a una lista gigante de tareas o actividades prueba mejor un enfoque
más gradual.
Identifica
una pequeña tarea o actividad que puedas utilizar para practicar. Que sea algo
bastante fácil de lograr cada día y luego asegurarte de que lo haces. Si
tiendes a olvidar las cosas, es posible que tengas que publicar
estratégicamente algunas notas de aliento para ayudarte a recordar.
Si es
posible intenta realizar esa tarea a primera hora de la mañana antes de hacer
cualquier otra cosa. Si haces que la misma sea una de tus prioridades más altas
por un tiempo pronto se convertirá en un hábito automático. Si divides las
cosas en una serie de pasos más pequeños, todo el proceso se sentirá mucho más
manejable.
Esta es una
gran manera de aumentar la motivación en tu viaje hacia el éxito. Con el tiempo
es probable que te encuentres haciendo las cosas que te propusiste hacer sin
excusas ni dilaciones.
3.
Compromiso. Si no estás totalmente comprometido con el logro de tus metas
entonces probablemente tendrá muchas dificultades en motivarte a ti mismo para
ponerte a trabajar. Prométete a ti mismo que vas a hacer lo que sea necesario
para trabajar en tus metas todos los días. Escribe una lista de importantes
pasos que tienes que realizar y haz que tu misión sea hacer uno o más de ellos
día a día. Reafirma tu compromiso contigo mismo y con tu éxito tan a menudo
como sea necesario para asegurarte de que te mantienes adherido a sus planes.
La clave es
ser consistente
Más que
cualquier otra cosa, la autodisciplina es el resultado de una serie de pequeñas
decisiones que tomas cada día. Es muy fácil perseguir cosas que ofrecen grandes
recompensa con poco o ningún esfuerzo. Pero ¿Cuántas veces lo has intentado? y
¿Cómo han salido las cosas? Recuerda que el éxito no es más que una serie de
pequeñas disciplinas practicadas todos los días.
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