
Cuando te
planteas una meta que hasta para ti parece imposible de cumplir la
motivación es el arma vital para alcanzarla, el problema se concentra
en la desaparición de la misma. Parte del fracaso es tener expectativas
de la reacción de otras personas, un ejemplo básico es cuando un niño
estudia para hacer sentir orgullosos a sus padres luego obtiene la
calificación que espera y no recibe mérito alguno, entonces abandona
sus ya mencionadas metas.
En
cambio quienes buscan solo regocijarse ellos mismos pueden con
facilidad alcanzar su objetivo, sería un estilo de independencia
espiritual. Así es como tu felicidad no debe entonces depender de nada
ni nadie.
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